LA CHAKANA
NUESTRO REFERENTE DE ORIENTACION
Finalizando un ciclo, nuestra octava fiesta ceremonia del
año (mara), es la fiesta ceremonia de la Chakana, la Constelación de la Cruz
del Sur, que después de mostrarse siempre inclinada en el firmamento; cada 2,
3,4 y 5 de mayo, se pone de pie. Pero además el 5 de mayo es la fiesta de
nuestra awicha (abuela) Illimani; fecha en la que podemos ver a la Chakana de
pie justo encima de este nevado milenario.
La constelación de la Cruz del Sur, conformada por cuatro
estrellas, es el referente de orientación en el Hemisferio Sur, así como en el
Hemisferio Norte, el referente de ubicación es la Estrella Polar Norte. Los
pueblos del hemisferio Sur, conocen a esta constelación como Chakana, que en
lengua aymara significa “puente que une”. Los abuelos y abuelas nos dicen que
la chakana es el puente a través del cual venimos a esta dimensión y asimismo,
cuando nos vamos de este mundo, es por ahí por donde regresamos.
Cuando dibujamos o vemos los mapas de los continentes, nos
han acostumbrado a verlos siempre de la misma forma, pero ¿Qué está arriba? o
¿Qué está abajo en el sistema solar o en el universo? Los astrónomos dicen que
si tuviéramos que decir qué es arriba, por el viaje de nuestra galaxia, dado
que estamos viajando hacia el sur, tendríamos que afirmar que el sur está
arriba, es decir, los continentes del Hemisferio Sur deberían ser la parte de
arriba de nuestro planeta en función de la dirección del viaje de nuestra
galaxia.
Inspirados en la Chakana, en el arquetipo “cuatro”, el
cuadrado y la Cruz Cuadrada, son matrices de construcción arquitectónica en
Tiwanaku, que se expandió en su tiempo desde los Andes hasta la Amazonía,
llegando su influencia también hasta el Centro de Abya Yala (Centro América).
La Cruz Cuadrada es una figura geométrica utilizada como símbolo de los
conceptos matemático espirituales en el mundo andino. Lo escalonado y lo
ajedrezado son una constante en el arte y las construcciones del mundo andino;
en Tiwanaku, la Cruz Cuadrada, la Cruz Andina, están grabadas o plasmadas en
muchos de los templos, instrumentos, esculturas, pinturas, cerámicas, tejidos y
otras piezas encontradas.
La influencia del signo escalonado se pudo encontrar por
toda Abya Yala, del Sur, del centro; en México, en los monumentos mayas e
incluso en la ornamentación de los pueblos ancestrales del Norte de Abya Yala.
Así también se encontraron textiles entre varios objetos en el volcán
Llullaillaco, en el norte Argentino, que nos muestran que el concepto
ajedrezado era usual entre los símbolos ancestrales.
La wiphala es uno de los símbolos bajo ese concepto
ajedrezado y es una cuarta parte de esta estructura total tan importante de
nuestra cultura, es decir, cuando unimos cuatro wiphalas obtenemos una figura
proporcionada la que podemos encontrar el cuadrado, la Cruz Andina, la Chakana
propiamente y la Cruz de Orión; arquetipos conocidos de nuestra arquitectura,
arte e incluso de nuestra filosofía, componentes importantes de la cosmovisión andina.
Un trabajo emprendido primero por doña Elena Sholten en el
Cuzco, continuado luego por Carlos Milla Villena y posteriormente por Javier
Tapia desde España, hace una relación entre los sitios arqueológicos alrededor
de Tiwanaku. Al completarlo encontramos muchos pueblos y montañas antiguas. En
el centro está Tiwanaku y alrededor van apareciendo en una expansión
proporcional Tacna; Oruro, Santa Ana de Yacuma, Cuzco, Potosí, la Amazonía,
Paitití, Cochabamba, Tarabuco, el Monte Thunupa y otros lugares representativos
de lo que constituyó una cultura muy grande y muy antigua. Al unir estos puntos
se descubre la ruta del qhapaq ñan; una ruta en línea recta que une templos,
montañas y construcciones ancestrales, de miles de kilómetros. Esta ruta está a
45 grados del eje norte sur.
Luego Javier Lajo junto a otros investigadores, encuentran
la ruta de Tunupa y que además está a 22 grados 30 minutos, coincidiendo con el
eje de rotación de la Madre Tierra. Hoy los historiadores han corroborado con
la datación del carbono 14, huellas de una cultura con centro en Tiwanaku
anterior al Tawantinsuyo y conforme avanzan las investigaciones sabemos que
nuestros ancestros no se expandieron de manera caótica, sino planificada pero
además contaban con conocimientos de ingeniería y astronomía, extraordinarios.
Según la leyenda de Tunupa y Sumaya, sabemos que
peregrinaron hacia el sur por esta ruta orientados por la Chakana, justamente
en estas fechas. Por tanto Tunupa y Sumaya en este tiempo nos invitan a
reorientarnos, a retomar nuestro sur, después de haber estado totalmente
“norteados”, para así retomar nuestro propio camino, nuestro propio horizonte.
Fernando Huanacuni Mamani, es aymara. Miembro de la
Comunidad Sariri.
LA CHAKANA
NUESTRO REFERENTE DE ORIENTACION
Finalizando un ciclo, nuestra octava fiesta ceremonia del
año (mara), es la fiesta ceremonia de la Chakana, la Constelación de la Cruz
del Sur, que después de mostrarse siempre inclinada en el firmamento; cada 2,
3,4 y 5 de mayo, se pone de pie. Pero además el 5 de mayo es la fiesta de
nuestra awicha (abuela) Illimani; fecha en la que podemos ver a la Chakana de
pie justo encima de este nevado milenario.
La constelación de la Cruz del Sur, conformada por cuatro
estrellas, es el referente de orientación en el Hemisferio Sur, así como en el
Hemisferio Norte, el referente de ubicación es la Estrella Polar Norte. Los
pueblos del hemisferio Sur, conocen a esta constelación como Chakana, que en
lengua aymara significa “puente que une”. Los abuelos y abuelas nos dicen que
la chakana es el puente a través del cual venimos a esta dimensión y asimismo,
cuando nos vamos de este mundo, es por ahí por donde regresamos.
Cuando dibujamos o vemos los mapas de los continentes, nos
han acostumbrado a verlos siempre de la misma forma, pero ¿Qué está arriba? o
¿Qué está abajo en el sistema solar o en el universo? Los astrónomos dicen que
si tuviéramos que decir qué es arriba, por el viaje de nuestra galaxia, dado
que estamos viajando hacia el sur, tendríamos que afirmar que el sur está
arriba, es decir, los continentes del Hemisferio Sur deberían ser la parte de
arriba de nuestro planeta en función de la dirección del viaje de nuestra
galaxia.
Inspirados en la Chakana, en el arquetipo “cuatro”, el
cuadrado y la Cruz Cuadrada, son matrices de construcción arquitectónica en
Tiwanaku, que se expandió en su tiempo desde los Andes hasta la Amazonía,
llegando su influencia también hasta el Centro de Abya Yala (Centro América).
La Cruz Cuadrada es una figura geométrica utilizada como símbolo de los
conceptos matemático espirituales en el mundo andino. Lo escalonado y lo
ajedrezado son una constante en el arte y las construcciones del mundo andino;
en Tiwanaku, la Cruz Cuadrada, la Cruz Andina, están grabadas o plasmadas en
muchos de los templos, instrumentos, esculturas, pinturas, cerámicas, tejidos y
otras piezas encontradas.
La influencia del signo escalonado se pudo encontrar por
toda Abya Yala, del Sur, del centro; en México, en los monumentos mayas e
incluso en la ornamentación de los pueblos ancestrales del Norte de Abya Yala.
Así también se encontraron textiles entre varios objetos en el volcán
Llullaillaco, en el norte Argentino, que nos muestran que el concepto
ajedrezado era usual entre los símbolos ancestrales.
La wiphala es uno de los símbolos bajo ese concepto
ajedrezado y es una cuarta parte de esta estructura total tan importante de
nuestra cultura, es decir, cuando unimos cuatro wiphalas obtenemos una figura
proporcionada la que podemos encontrar el cuadrado, la Cruz Andina, la Chakana
propiamente y la Cruz de Orión; arquetipos conocidos de nuestra arquitectura,
arte e incluso de nuestra filosofía, componentes importantes de la cosmovisión andina.
Un trabajo emprendido primero por doña Elena Sholten en el
Cuzco, continuado luego por Carlos Milla Villena y posteriormente por Javier
Tapia desde España, hace una relación entre los sitios arqueológicos alrededor
de Tiwanaku. Al completarlo encontramos muchos pueblos y montañas antiguas. En
el centro está Tiwanaku y alrededor van apareciendo en una expansión
proporcional Tacna; Oruro, Santa Ana de Yacuma, Cuzco, Potosí, la Amazonía,
Paitití, Cochabamba, Tarabuco, el Monte Thunupa y otros lugares representativos
de lo que constituyó una cultura muy grande y muy antigua. Al unir estos puntos
se descubre la ruta del qhapaq ñan; una ruta en línea recta que une templos,
montañas y construcciones ancestrales, de miles de kilómetros. Esta ruta está a
45 grados del eje norte sur.
Luego Javier Lajo junto a otros investigadores, encuentran
la ruta de Tunupa y que además está a 22 grados 30 minutos, coincidiendo con el
eje de rotación de la Madre Tierra. Hoy los historiadores han corroborado con
la datación del carbono 14, huellas de una cultura con centro en Tiwanaku
anterior al Tawantinsuyo y conforme avanzan las investigaciones sabemos que
nuestros ancestros no se expandieron de manera caótica, sino planificada pero
además contaban con conocimientos de ingeniería y astronomía, extraordinarios.
Según la leyenda de Tunupa y Sumaya, sabemos que
peregrinaron hacia el sur por esta ruta orientados por la Chakana, justamente
en estas fechas. Por tanto Tunupa y Sumaya en este tiempo nos invitan a
reorientarnos, a retomar nuestro sur, después de haber estado totalmente
“norteados”, para así retomar nuestro propio camino, nuestro propio horizonte.
Fernando Huanacuni Mamani, es aymara. Miembro de la
Comunidad Sariri.
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